Un área periodística que te mantiene al tanto de los sucesos que van marcando la historia de la música electrónica en México y el mundo.
Estar informados genera un criterio
"Herrero y fatigas" ha sido el nombre elegido por los
murcianos de Klaus&Kinski, conocidos por el eclecticismo sonoro que
caracteriza su carrera, para titular su tercer álbum de estudio, que
describen como un disco con forma electrónica y pop de fondo.
"El
sambenito de eclécticos no nos lo vamos a quitar", confiesa en una
entrevista con Efe el principal impulsor del proyecto, Alejandro
Martínez, aunque matiza que en esta entrega se han centrado en "ciertas
líneas maestras de estilo" que les hacen "más reconocibles".
Uno
de estos pilares es la música electrónica construida a base de
sintetizadores, que combinan en "Herrero y fatigas" con su faceta "más
etérea y ambiental", en la que cobra una importancia decisiva la voz
"lánguida y dulce" de su vocalista, Marina Gómez.
El uso de la
cuerda también ha ganado fuerza, con la incorporación de una violinista a
la banda, en un disco elaborado para suceder a "Tierra, trágalos"
(2010), con el que recorrieron festivales como Contempopranea o Lemon
Pop.
En este sentido, Martínez describe a los integrantes de
Klaus&Kinski como músicos "muy desprejuiciados" que afrontan las
incursiones en géneros como la habanera o la canción popular flamenca
obedeciendo a sus propias "pulsiones", sin tener en cuenta los "clichés y
límites" que se autoimponen otras formaciones.
"La gente está
acostumbrada a que salgamos con cosas poco ortodoxas dentro del pop
rock", sostiene antes de recordar que su objetivo es alcanzar una
personalidad tan fuerte que sea capaz de homogeneizar todos los estilos
que practican, como hicieron en su día The Beatles o The Cure.
A
pesar de ser encasillados por los medios y el público dentro del género
"indie", Marina Gómez dice no sentirse "parte de nada" y añade sin
tapujos: "La mayoría de estos grupos nos parecen una mierda".
Alejandro
Martínez, por su parte, reconoce que se ha perdido la esencia de este
movimiento, siendo cada vez más "permeable" la frontera que lo separa de
la radio fórmula. "Quedan los rasgos, las formas académicas", admite.
Su
carencia de prejuicios se refleja también en el título de canciones
como "Mengele y el amor", en las que practican un "humor negro" del que
se sirven únicamente como recurso literario.
"Necesitas
interconectar situaciones y pensamientos que den lugar a un plano más
trascendente", comenta Martínez, encargado de componer todas las letras.
Como
adelanto de "Herrero y fatigas", Klaus&Kinski publicaron
recientemente el videoclip de "Ojo por diente", en el que muestran la
aburrida cotidianeidad de un matrimonio. "No tengo nada en contra del
matrimonio conceptualmente -matiza su cantante-, pero las bodas me
parecen un alarde de horterada bastante prescindible".
Aunque su
trayectoria musical ha recibido muy buenas críticas, sus componentes
siguen manteniendo trabajos paralelos. "La lucha diaria es la de
intentar profesionalizarse", señala Martínez, quien lamenta la
"inestabilidad permanente" en la que viven.
"Independientemente de
que el disco sea mejor o peor, la situación es peor", recuerda Gómez
sobre la dificultad para concertar directos en medio de una coyuntura
económica negativa.
Berlín es en muchos sentidos el epicentro de la cultura occidental
contemporánea. Ciudad castigada y dividida, capital de la filosofía en el
siglo XX. Para la música pop es la cuna del krautroc, el neue deutsche
welle (bases del techno) y los géneros que hoy se agrupan bajo el ambiguo
término de ‘música electrónica’. Paisajes berlineses ilustran obras
fundamentales de David Bowie, Brian Eno o Lou Reed, ejecutantes de
avanzada.
Quizá como en la Italia renacentista, lo nuevo sólo parece continuación
(cuando no una reinterpretación) de lo ya hecho por los grandes maestros y
episodios. Donde la genialidad es la regla, lo insólito no es siempre tan
atendido. En un lugar como Berlín, que parece tener espacio para todo, lo
nuevo siempre tiene la apariencia de copy-paste. Eso que exasperaría a
muchos egos es el basamento lúdico, bien reconocido y asimilado de Stereo
Total.
EJE PARÍS-BERLÍN
Stereo Total es un dueto formado por Françoise Van Hove, francesa, y el
alemán Friedrich von Finsterwalde, mejor conocidos como Françoise Cactus
and Brezel Göring, respectivamente.
Ellos mismos se definen como una amalgama entre dos tradiciones: la chanson
française y la deutsche electrónica. El dulce jazz mediterraneé de Henri
Salvador pinchado por un DJ berlinés en una fábrica abandonada. Tal
combinación de estilos tan disímbolos ya nos habla de un carácter lúdico.
Asociamos el primero a una idea de sofisticación, a una música que nos
genera la imagen de Brigitte Bardot; el segundo, a un desborde percutivo, a
un ritmo de taquicardia y botas Dr. Martens. Esa cualidad traviesa se
sostiene en un trabajo resistente a cualquier tipo de pretensión: letras
diáfanas, easy listening, tratamientos sencillos. Casi como canciones
adolescentes, en lo que justamente los pretenciosos calificarían como un
estilo naíf.
El juego no es nuevo. 30 años antes de Stereo Total, la voz de Nico y los
riffs de Cale y Reed hicieron la primera amalgama similar. En los ochenta,
sobre otro grupo de letras simples, se solía decir: “se baila, pero te hace
pensar”; Talking Heads y Velvet Underground and Nico están pues al fondo de
los alientos experimentales de este dueto francogermano.
Esos son los dos ejes mayores, pero el stock creativo de Stereo Total es
mucho más amplio. Ellos mismos identifican como influencias al punk, al
rockabilly e incluso al disco. En sus covers asoman por igual KC and The
Sunshine Band, el rap de Salt-n-Pepa, el pop de Mecano, el eclecticismo
japonés de Pîzzicato Five y más. Todo cabe en esta frecuencia. De allí la
pertinencia de su nombre: Stereo Total.
PASTICHE AVANT-GARDE
Cactus y Göring se conocieron en una panadería de Berlín a principios de
los noventa, época en la que resonaban los ecos finales del muro derribado.
Una buena temporada para la música también: el Achtung Baby de U2 se volvía
la respuesta europea al grunge y recordaba al pop mundial aquel aliento
berlinés de vanguardia. La mención de la caída del muro no es puro
contexto. A inicios de la década no fueron pocos los grupos que recrearon
(en sus letras o su atmósfera pop) esa fascinación recíproca en el
descubrimiento del Berlín dividido. Si los ciudadanos del primero fueron
presas inmediatas del encanto consumista, los segundos integraron por vías
naturales el imaginario soviético por medio de actos iconoclastas.
Cactus, con su banda Les Lolitas, ya contenía ese universo pop e
iconoclasta. Göring tenía ya una fama bien ganada como músico experimental,
creador de paisajes sonoros por medio de instrumentos electrónicos, una
larga trayectoria como DJ e incluso un track en el que participó nada menos
que la propia Christa Päffgen, la musa de Warhol, Nico.
En solitario ambos trabajaban estilos de música que por naturaleza
representaban un desafío. Les Lolitas guarda en su fondo un provocador
sonido punk-garage, y el trabajo de Göring desafiaba a la música figurativa
en una época en que la realidad se imponía con crudeza. El primer trabajo
de Stereo Total es igual de provocador, aunque lamentablemente perdido: la
musicalización de una receta de cocina en la que todos los ingredientes
poseen cierta connotación sexual.
Al carácter sencillo en las líricas, el dueto le suma un tratamiento de
ejecución al que califican como minimalista: usar la menor cantidad de
instrumentos (ella voces y percusiones; él sintetizadores y ocasionalmente
algún instrumento distorsionado). Paradójicamente, este modelo despoja de
artificios (como los tramposos solos de guitarra, o las secciones de
alientos o violines que cualquier productor pondría para encauzar efectos a
la mitad de una tonada monótona) y robustece tanto las líneas melódicas
como las argumentales. Allí lo lúdico gana en complejidad sin sacrificar,
justamente, lo juguetón.
Oh, Ah! (1995) es el álbum debut de Stereo Total. A lo largo de las
siguientes producciones la apuesta será similar en el fondo; en la forma,
los cambios son de experimentación tecnológica por parte de Göering, y de
exploración argumental y de plataforma por el lado de Cactus. Lo primero es
un camino natural; lo segundo abreva al arte del retake, remake, remodel
que caracteriza a la obra del conjunto y que ha sido el gran camino del
arte contemporáneo. Hablamos del terreno de lo multidisciplinario.
El sello de Stereo Total en esa línea queda manifiesto con su álbum Musique
Automatique (2001), hoy considerado de culto y que contiene algunos de sus
tracks más icónicos como L’ Amour A 3, el cual suelen interpretar en
francés, inglés o español, según el país que visiten. Recibido con críticas
mixtas, el disco fue para muchos el gran momento en que Stereo Total
abandonó la ejecución casi doméstica y reforzó sus modelos de producción
para lograr una obra de gran factura. Para otros, ese mismo escenario
representó una pérdida en lo que antes lucía como ejecución artesanal. Lo
que indudablemente agrega este trabajo de estudio es la noción de estilo:
ante el aliento policromático de Stereo Total, se impone una idea de
uniformidad relacionada con recursos, temas, pasajes sonoros que afirman
para ellos un lenguaje propio. Es decir: cada canción es distinta, pero la
mano es la misma.
La noción de identidad se consolidó con Discotheque (2006), álbum de
remixes donde el dueto aplica el ya citado modelo: ‘retrabajar’ lo ya hecho
pero con sus propias creaciones. Tal pauta se afianzó con la inclusión de
ecos de Rolling Stones, The Velvet Underground, y de Nico en lo individual
(el tema Chelsea Girls alude al material homónimo de la alemana).
La discografía del dueto suma ya 11 álbumes; parte del más reciente de
ellos, Baby ouh! (2010), pudo escucharse en vivo durante sus presentaciones
del año pasado en México.
PLATAFORMA MÚLTIPLE
Algo que ha caracterizado a Stereo Total es su producción políglota. En
toda su discografía hay tracks en diferentes idiomas y este no es un ardid
de cosmopolitismo ni una estrategia de penetración (crossover, como se dice
en el mercado discográfico). No: es parte de la búsqueda de Cactus. Cada
lengua se revela como un horizonte nuevo desde el cual recorrer otras
posibilidades de realidad.
Asimismo, el hábito de ‘samplear’ no es por una carencia de lo insólito,
sino el hallazgo en lo que ya está creado. La acumulación de influencias
tan disímbolas en un solo proyecto no es un afán de collage sino de
mixtura, de amalgama. Así como Stereo Total trabaja esos elementos, lo hace
con su producción multilingüe: es hallar lo nuevo en lo que ya está sobre
la mesa.
Este afán exploratorio sólo se puede explicar por las ambiciones
multiplataforma de Françoise Cactus: pintora de tesituras coloridas en la
línea del pop art, con líneas argumentales que examina constantemente desde
su música (el sexo, el deseo e incluso -como ella misma reconoce- el
porno), y escritora de registros experimentales de cierto modo (aunque con
menos rigor y con intención humorística) con el mismo perfil temático que
sus cuadros.
Al recrear, hay propuestas que se quedan a nivel de copia al carbón y otras
que insuflan nueva vida a lo ya existente. Como las ruinas bajo las que
yacen otras muchas ciudades, la vocación exploradora de Françoise y el
acompañamiento tecnológico de Brezel han resignificado el arte de crear a
partir del pastiche, del homenaje.
El Festival Tamoanchan World Music en Morelos es un espacio donde
conviven diferentes culturas y se reúne música de todos los rincones del
mundo. Su tercera edición consecutiva se lleva a cabo del 17 al 26 de
febrero en Cuernavaca, Yautepec y Tepoztlán. A pesar de ser un
festival joven ha logrado crecer y mantener estabilidad logrando ya el
reconocimiento a nivel internacional.
Una leyenda mexica cuenta la historia de Tamoanchan, que significa
“La casa de donde ellos descendieron”, un paraíso en donde se encontraba
el árbol divino que representaba el sostén del cielo, donde se criaban
los dioses y nacían los hombres. Haciendo referencia a su nombre, la
propuesta de este festival propugna el respeto, la diversidad cultural y
la convivencia entre los seres humanos para crear un cambio de
conciencia a través de la música.
En conferencia de prensa Martha Ketchum, directora general del
Instituto de Cultura de Morelos comentó que “México es una potencia en
cultura. En ese sentido, generamos productos y una serie de servicios
creativos de un atractivo que nos hace sin duda uno de los países con
una plataforma de turismo cultural de los más fuertes del mundo. Es un
tema por el cual todos debemos apostar y trabajar.”
La inauguración será en la explanada del Palacio de Cortés, que fuera
el centro ceremonial de los tlahuicas. Se realizará un desfile en
zancos y mojigangas, además “se van a proyectar fotografías gigantes de
la naturaleza. El tema son los cuatro elementos en su máxima expresión,
acompañados por un gran elenco de artistas”, dijo Estusha Grinberg
curadora artística del Tamoanchan.
Durante 10 días se podrá disfrutar de ritmos como el jazz, flamenco,
electrónica, salsa, funk, reggae, rock progresivo, cumbia, sones
jarochos, música judía, electro-jazz y ritmos afrocaribeños , entre
otros.
Grupos como Tres Tristes Tangos, Anacrúsax, Avant Folk, Klezmerson,
Fuxé, Fusión Creativa y Gente Roja, Tonana, Radaid y Los de Abajo, entre
otros, se unen a esta propuesta musical que promueve espacios para el
desarrollo artístico y la convivencia entre jóvenes.
Fundado justo en el arranque del siglo XXI, proyectoEle nació
con la voluntad de combinar el canto coral con la electrónica y el
experimentalismo, un terreno absolutamente baldío en la Sevilla del
momento.
Para su último trabajo, el conjunto ha prescindido en cualquier
caso de puestas en escena atrevidas, proyecciones de imágenes y sonidos
sintetizados, habituales en otras citas, actuando al modo de un coro
convencional. Dirigidas por Carlos Cansino Pérez, diecisiete voces se
enfrentaron a una serie de colecciones de canciones francesas del siglo
XX, repertorio muy difícil ya desde la misma pronunciación, siempre
complicada para los que no tienen la lengua francesa como idioma
materno, un problema que se acentúa obviamente en las asociaciones
corales.
El grupo lo pagó en prestancia sonora, afectada también por una
afinación y un empaste que no siempre fueron ideales y por algunas
imprecisiones en principios y finales de frase, sobre todo en la primera
parte de un recital que, en cualquier caso, fue de menos a más. Faltó
al principio algo de equilibrio entre secciones y de homogeneidad en las
voces, con las masculinas por norma en muy segundo plano y aportaciones
de calidad muy dispar en las partes solistas.
Pese a ello, y para una música que abunda en los pequeños
detalles de color y de retórica, con abundancia de figuras
madrigalísticas, se apreció un notable trabajo sobre los reguladores y
los contrastes de agógicas, con gran variedad de matices de intensidad y
una muy correcta conducción de las voces, tanto en los pasajes
homofónicos como en las breves píldoras de estricta polifonía. Lo mejor
llegó al final, tanto en las piezas recientes (2003) del argentino
Malachevsky como, sobre todo, en la música de Ravel, en la que el grupo
se creció, ofreciendo un sonido redondo y moldeado con gracia, elegancia
y sensibilidad.
La fusión de la música norteña por medio de sonidos
electrónicos son los elementos que caracterizan a Nortec Collective.
Originarios de Tijuana, este colectivo ofrece desde hace 13 años una
nueva propuesta que no es una mezcla, sino una deconstrucción de la
música.
En entrevista para Criterio, los integrantes de Nortec,
Bostich y Fussible, adelantaron que preparan su nuevo material
discográfico el cual estará listo este mismo año y será una especie de
continuación de sus dos materiales previos, Boulevard 2000 y Tijuana
Sound Machine.
“No podemos decir el nombre del próximo disco, pero
va a ser la secuela de los dos anteriores, en cuestión sonora va
cambiando porque hay diferentes formas de deconstruir los sonidos, el
nuevo disco es una continuación”.
Nortec compartió previo a su
presentación en la ciudad capital, que “la música norteña y la
electrónica eran géneros totalmente distintos, y era un poco difícil,
pero al paso del tiempo el público ya lo ve de manera muy natural y se
identifica con esta música”.
La característica propuesta de
Nortec, es ahora lo que lo ha convertido en una referencia sobre lo está
haciendo México, “hoy en día lo de Nortec es lo que ha caracterizado a
la música contemporánea de México”, resalta Bostich.
Y es que se
han presentado en festivales internacionales como Sudáfrica y Nueva
Zelanda, en donde toman a Nortec como referencia de lo que está
sucediendo en la música contemporánea en México.
El colectivo
Nortec utiliza para sus creaciones instrumentos tradicionales como el
acordeón y la tuba, sobre esto cometan que “es algo muy natural, cuando
empezamos a mezclar estos sonidos fue como llevar todas nuestras
experiencias, desde crecer en Tijuana y escuchar música electrónica
desde los 70, 80, y 90.
Y la música norteña por otro lado que
aunque fue música que nosotros no consumíamos en ese tiempo pero fue una
forma muy natural de fusionarnos, entonces lo de Nortec no fue decir
vamos a hacer sonidos de este tipo, simplemente se dio llegaron a
nuestras manos esos sonidos, los empezamos a mezclar y es así como nació
”.
Además, dentro del propio país han tenido mayor presencia a
partir de su participación en los Juegos Panamericanos de Guadalajara en
octubre del año anterior, “los Panamericanos ha sido el antes y el
después quizá de Bostich más Fussible y también del sonido Nortec”.
La
música debe compartirse, expresó Nortec Collective, quien se manifestó
en contra de la Ley SOPA un mecanismo de censura, que de acuerdo con sus
promotores busca perseguir la piratería.
Los integrantes de
Nortec dijeron que en México la industria de la música no está protegida
por las autoridades competentes, “la industria también va cambiando
pero los actos radicales se generan porque las leyes no existen aquí
para los músicos.
“No nos protegen, ahorita puede llegar cualquier
hampón registrar tu nombre o una canción y las leyes los amparan porque
no están muy claros los términos y ahora la industria está mutando para
bien, si vienen nuevas tecnologías la industria va a cambiar”.
A
manera de protesta por Ley SOPA, Nortec permitió que se descargaran de
la red 200 tracks, entre creaciones propias y de algunos amigos, “lo
hicimos como parte de esta manifestación ante la iniciativa, pero
realmente nada serio por parte de los músicos mexicanos, eso me
decepcionó”.
“Debe haber más participación de los músicos
mexicanos en este tipo de actos porque al final lo que va a hacer es
joder todos”, dijo Fussible.
Finalmente reafirmaron que su
relación con Panoptica, quien también formó parte del colectivo en sus
inicios, está rota pues Roberto A. Mendoza, registró el nombre de
Nortec, lo que representa falta de lealtad y ética hacia el colectivo.
“No
va a haber ninguna relación, es muy difícil volver a ganarse la
confianza cuando se hacen este tipo de actos, registrar el nombre nos
perjudicó mucho”, dijo Bostich.
Autor: Juan José Morales Fotografía: Eduardo Grassi / El Salvador.com
Pocos artistas en el mundo pueden movilizar multitudes y luego recibir de una presentación cientos de gritos y miles de aplausos. Armin van Buuren es uno de ellos, porque ha logrado desarrollar un sonido inconfundible e irrepetible.
Concibe la música electrónica como algo universal, sin diferencias de géneros y que, por ser fruto de la tecnología, se va perfeccionando para mantenerse "viva".
En esta entrevista con El Diario de Hoy, que se publica en El Salvador, repasa su evolución y sus perspectivas sobre una de las escenas musicales más ricas y prolíferas.
—Seis años después regresas a El Salvador, ¿qué ha cambiado en tu carrera y en que punto te encuentras?
—No hay duda que es mucho tiempo y que son tiempos diferentes para la música en general. Sin embargo, logré posicionar mi faceta de productor y lancé dos álbumes: "Imagine" y "Mirage", en los que exploré sonidos frescos y trabajé hasta con artistas que no forman parte del movimiento electrónico. Pero sigo siendo fiel a mi estilo musical, el trance.
—¿Hay Armin van Buuren para rato? ¿Qué pueden esperar tus fanáticos
—Muchas sorpresas (entre risas) como por ejemplo mi nuevo álbum, que espero lanzar este año, una compilación de la serie "A State of Trance" para las próximas semanas y sencillos bajo mis diferentes alias, sobre todo Gaia.
—¿Qué estilo tendrá esa nueva producción? ¿Bajo que idea lo estás concibiendo?
—Me inspiran muchas cosas: el ambiente de un club, las playas y montañas, la naturaleza en sí y sobre todo la gente alrededor del mundo y los miles de ritmos y culturas existentes. Por el momento he tomado algunas decisiones, solo puedo adelantar que ya estoy trabajando en mi estudio.
—¿Cómo vives el día a día, entre giras, programas de radio y horas de estudio?
— Quiero ser sincero, amo lo que hago todos los días, no se lo digas a mi representante pero hasta lo haría gratis (ríe de nuevo), todo es por pasión. Pero lo que más me mueve es el sentimiento que se crea al hacer lo que te gusta y recibir miles de muestras de apoyo y de reconocimiento. Es algo inexplicable.
—¿Y los premios, las ganancias?
—Llegan. Yo no trabajo para Dj Mag (una revista especializada) o para ser millonario. Creo en la música porque une a las personas, me considero alguien más dentro de este movimiento. Los "beats" me crearon a mí y yo a ellos, es un gran enlace.
—¿En qué sentido visualizas la música dance?
—Las cosas van cambiando y dentro del trance hay mucha vida. Yo estoy abierto a nuevas tendencias, hay una interrelación de géneros porque "no hay que ser prisionero de tu estilo". Canciones como "Zocalo" reflejan la influencia latinoamericana, sus vastas percusiones. Y por ello volveré pronto a El Salvador, me encanta e inspira.
Su éxito llegó a mitad de los ochenta con canciones como "Don't you forget about me", pero, para muchos de sus seguidores, su etapa más imaginativa y enérgica tuvo lugar antes, con sus cinco primeros discos. Son Simple Minds, que rescatan estos trabajos con un gira enfocada exclusivamente hacia sus inicios.
"Las viejas canciones inspiran las nuevas, el pasado es presente", cuenta el vocalista de la banda, Jim Kerr, en entrevista teléfonica con Efe, en la que insiste en el carácter "moderno" de las composiciones rescatadas.
La nueva gira europea de la banda escocesa arranca el martes en Lisboa con el nombre de "5x5 tour" coincidiendo con el lanzamiento de una caja de coleccionista que recopila esos cinco primeros álbumes desconocidos por el gran público y que ahora reivindican.
Así, junto a contenidos extra en forma de directos inéditos y distintas remezclas, "X5", que así se llama este lanzamiento de Simple Minds, junta, en versiones remasterizadas, los discos "Life In A Day", "Real To Real Cacophony", "Empires and Dance", "Sons and Fascination/ Sister Feeling Call" y "New Gold Dream (81-82-83-84)", todos ellos, editados entre 1979 y 1982.
Tres años en los que la banda se abrió camino desde el new wave surgido del punk, experimentó con el rock progresivo y la música electrónica, y eclosionó con el new romantic de su primer gran éxito, "New Gold Dream".
De esos álbumes, Kerr no duda en destacar "New Gold Dream" como el que "más feliz" le hizo sentir. "En aquel momento", cuenta el músico, "la banda sabía que estaba siguiendo la senda correcta, todos sus miembros estaban de buen humor", ya que, como dice el artista, ese exitoso álbum marcó un "punto de referencia" en la trayectoria de Simple Minds.
No obstante, y a pesar de que en el pasado renegó de "Life in a day", el primer disco de la banda, Kerr también recuerda con agrado este trabajo, por la "excitación" que le supuso lanzar un disco en Glasgow, en una época en la que no conocían en su entorno a "nadie que lo hubiera conseguido".
Con ese álbum, "la banda cumplía su sueño", señala el músico quien, sin embargo, reconoce que "una vez acabado, también hubo cierta frustración", ante un negocio que aún no sabían "cómo funcionaba".
"Para algunos seguidores, estos cinco trabajos son los que contienen más vitalidad, lo que sería un buen motivo para rescatarlos", indica el cantante. Pero la verdadera razón, detalla el músico, "llegó el año pasado", cuando el grupo vio que aquellos primeros álbumes prácticamente ya no se vendían.
Fue "la excusa perfecta" que Simple Minds llevaba tiempo buscando, y es que sus miembros, según Kerr, sentían que habían "dejado de lado muchas de esas canciones durante largo tiempo, y era el momento de retomarlas".
Para Kerr, "el pasado es el pasado y es imposible volver a él", por lo que esta gira "no consiste en tratar de recrearlo tal cual era, sino en evocarlo", con unos conciertos que tratarán de "reflejar parte de la atmósfera de esos primeros años ochenta" y en los que interpretarán cinco temas de cada álbum.
En palabras del músico, "lo que divierte de estos temas es que, cuando los vuelves a tocar, no son como aquella chaqueta vieja de la que te sientes avergonzado, sino que se mantienen contemporáneos, son clásicos".
En este sentido, explica que "tras pasar el día tocando estos viejos temas, por nostalgia o por ensayar y después te pones a componer, descubres que aquellas canciones inspiran a las nuevas; es como un círculo del que no sales, lo viejo es nuevo y lo nuevo es viejo".
Sobre esas nuevas composiciones, que integrarán un álbum que Simple Minds espera editar en 2013, Kerr explica que "van a ser el resultado de este regreso al pasado, se filtra en ellas" el espíritu de esas viejas canciones.
Al cantante le resulta "increíble" cómo "el mundo ha cambiado en todos estos años; con tantas cosas que vinieron y se fueron, no sólo bandas, sino también emisoras de radio, discográficas o formatos" y, sin embargo, "nada de lo que hace Simple Minds ha cambiado", resalta.
"El grupo sigue buscando una melodía, una emoción a partir de una letra, lo junta todo y lo mueve alrededor del mundo; por lo que, fundamentalmente, nada ha cambiado", concluye Kerr.
Un homenaje a la música electrónica se efectuará hoy durante la edición número 54 de los premios Grammy por parte de Foo Fighters en compañía de Deadmau5, Lil Wayne y David Guetta, en el Staples Center de Los Ángeles.
Una combinación que nadie se esperaría partiendo de la idea de que Foo Fighters ha permanecido fiel al sistema análogo al momento de producir su música.
Un gran ejemplo es su más reciente álbum Wasting Light, el cual fue producido desde un estudio análogo en el garaje de su vocalista Dave Grohl y fue nominado a Álbum del año en esta edición de los Premios Grammy. También están nominados a mejor remix por la versión de su sencillo Rope, el cual fue rediseñada por Deadmau5.
La música dance no tuvo su propia categoría sino hasta el 2003, cuando se incluyó el premio a la mejor grabación dance, pero nunca había tenido su propio segmento en el espectáculo.
Así pues, este tributo a la música electrónica expuesto en una amalgama de danza, iluminación y sonidos digitales y análogos, se suma a las presentaciones confirmadas de Adele, Coldplay y Rihanna, Bruno Mars, Paul McCartney, Bruce Springsteen & The E Street Band, The Band Perry, Blake Shelton, Nicki Minaj y Taylor Swift.
Está edición contará con la animación del actor y rapero LL Cool J.
Nominados Uno de los favoritos en esta gala es el rapero estadounidense Kayne West quien cuenta con siete nominaciones.
Los latinos también estarán presentes en la gala. Entren los que quieran, es el nombre del disco con el que el grupo Calle 13 arrasó en la entrega de los Latin Grammy y se postulo como uno de los grandes candidatos en la nominación a Mejor álbum de pop, rock o música urbana en el apartado latino.
Compite allí con el grupo mexicano Maná, cuyo trabajo Drama y luz, se impuso en los Latin Grammy en la sección de Mejor disco de rock.
También competirá en la ceremonia el grupo venezolano de música alternativa La Vida Bohème, el cantautor mexicano Gustavo Galindo y el grupo funk, también venezolano, llamado Los Amigos Invisibles.
Quienes se suman a la lista de latinos son los Mariachi Divas de Cindy Shea y los Mariachi Los Arrieros del Valle, nominados a Mejor álbum regional mexicano o tejano.
También se comparten la terna Pepe Aguilar, con Bicentenario, Paquita la del Barrio, con Eres un farsante y Joan Sebastian, con su trabajo Huevos rancheros.
Cuando en 2001 apareció en las tiendas de todo el país The Tijuana sessions Vol. 1
-bajo la firma de Nortec: un colectivo de turbulentos músicos- algo se
cimbró no sólo en el ámbito de la música electrónica sino también en el
de toda la música en México. Aquel disco -sensacional y excitante- venía
a demostrar que se podía hacer música electrónica de raíz, que mezclaba los sonidos norteños con los beats. Cierto: Nopal Beat -el colectivo jalisciense- andaba explorando algo similar, pero no había llegado tan lejos.
Después de ese disco vibrante, Nortec
editó un par de trabajos más; menos intensos, sí, incluso algo
repetitivos. Tras un cisma (a mediados de la pasada década), varios de
sus integrantes decidieron seguir como colectivo, aunque cada uno de
ellos con sus respectivos proyectos...
Así, a los trabajos anteriores: Plankton Man vs Terrestre (2002),
Terrestre vs Plankton Man (2003) y Terrestre: Secondary inspection
(2004), se sumaron Bostich+Fussible y su Tijuana sound machine (2008), Bostich+Fussible y su Bulevar 2000 (2010), Clorofila y los Corridos urbanos (2011); ahora, un nuevo material se suma: el Hiperboreal con su Border revolver (2011).
Con éste, su primer trabajo discográfico, Pedro Gabriel (el hombre que está detrás del proyecto Hiperboreal)
no sólo da un paso en su evolución musical sino de igual forma trata de
desmarcarse -sólo en cierto sentido- del sonido Nortec. (Creo que no lo
he dicho: hoy por hoy lo que el colectivo produce ya lleva una marca,
una distinción: el sonido que produce.) Y es que -según contaba el
propio Pedro- Hiperboreal, como tal, lo empezó alrededor de un año y
medio antes de que se formara Nortec (en 1999).
"Cuando comenzamos el colectivo yo ya llevaba
varios años dentro de la música electrónica -recordaba Pedro-. La verdad
empecé como un melómano, como un aficionado a la música, como un
obsesivo en la colección de discos, yendo a conciertos desde chico... Yo
era al que escogían para poner la música cuando había algún día
festivo. Te hablo cuando tenía 11 o 12 años", puntualizó Pedro, y soltó
una risita contagiosa.
Sin embargo fue hasta en la universidad cuando dio forma al proyecto. (Y he aquí un secreto: etimológicamente hiperboreal significa "Más allá del norte":
híper, que es "más allá", y boreal, que es "norte", me reveló Pedro.)
El nombre surgió en un taller de poesía: "Yo estaba en la Facultad de
Literatura y Lenguas Hispanoamericanas, en la UABC, cuando empecé a
grabar algunas cosas. Fue en el taller de poesía cuando se me ocurrió el
nombre. Hablábamos ahí de las mitologías griegas, sobre todo recuerdo
el mito de los hiperbóreos: eran seres imaginarios que vivían al norte
de Atenas; supuestamente estaban más allá del bien y del mal."
Así que cuando surgió el proyecto Nortec yo decidí
continuar con el mismo nombre, prosiguió Pedro, aunque di un vuelco
total de género: seguía siendo electrónico, pero empezábamos todos en el
colectivo a experimentar con las tarolas, los clarinetes, las tubas. Y
es así -con ese camino trazado- como ha llegado Pedro -o sea,
Hiperboreal- a su primer álbum personal (intitulado Border revolver). Si
buscaba algo particular con esta producción era separar un poco su
estilo de los sonidos de Nortec. Al menos eso dejó entrever en la
charla:
-Lo primero que me impongo cuando tengo que sentarme a componer y sacar nuevas ideas para canciones es una cosa: huyamos de lo que ya ha funcionado antes. Huyamos,
en la capacidad de lo posible, de aquellos métodos que hemos utilizado
para componer... También he tratado de que estos nuevos temas no suenen
muy parecidos, o no parezcan, la continuidad de las canciones que ya
hemos editado antes. En esa línea (entre conservar un cierto sonido, un
cierto cordón umbilical: entre toda tu carrera musical, en este caso con
el colectivo Nortec y con lo que he hecho por separado) es como he
construido el álbum... Entonces, sí, existe ese cordón umbilical, pero
realmente he intentado que no parezca la continuación de eso que se ha
hecho ni que parezca autoplagio de lo que ya hiciste...
-... Es cierto, el sonido del disco tiene las raíces del sonido Nortec. ¿Es como han querido salir las canciones?
-Sí, en cierto sentido. Me parece que todo se va
dando mientras compones, y mientras vas probando ideas y te vas dando
cuenta qué te empieza a gustar, o cuál es el lado por el que te interesa
seguir... Mira, aunque la estructura de las canciones tiene mucho de
música electrónica, en cuanto a cuestión sonora, al final de cuentas es
un álbum electrónico en la concepción de la disposición de los
elementos, pero no es un disco electrónico en cuanto al resultado final
del sonido. Es un disco muy orgánico. Es un álbum que,
en algunos temas, tienes tres trombones, tres trompetas, tres
clarinetes, a veces cuatro bajo sextos, un par de acordeones, tres
charchetas y voces... Hay 19 instrumentos, en algunas partes tocando
simultáneamente. Pero además, si te has dado cuenta, en mis anteriores
participaciones con Nortec mis temas siempre estaban cargadas de
trombones y trompetas, eran las que tenían más esa influencia...
En el disco se escuchan, sí, sonoridades afro, toques norteños, coqueteos con lo mexican gypsy -por decirlo de alguna forma-, incluso un par de canciones tienen aires de funk. Pedro se ríe: "Para mí el disco suena a la evolución natural que he tenido a partir de Nortec", dijo convencido.
-Espero no ser impertinente; pero, ¿en qué condiciones estaba cuando creó el disco?
-dije en tono de broma-. Vera -añadí-, algunos temas son bailables, es
cierto, pero la mayoría no son luminosas... son más introspectivas;
incluso oscuras...
-¡Ándale! -expresó riendo Hiperboreal-. Mira, si te
fijas en las canciones que incluí dentro de los discos de Nortec
siempre eran temas que tenían un poco más de drama que las del resto de
mis compañeros... A final de cuentas a mí lo que me interesaba era tener
un disco que representara lo que yo he visto en la ciudad en estos
últimos años. El reflejo de estas canciones es lo que fue y ha sido esta
ciudad... Tijuana es una ciudad que tiene mucha fiesta, es cierto; es
una ciudad con una escena musical vibrante, desde luego; pero, también,
es una ciudad que ha sido marcada por las balas, por la violencia, por
la muerte, y, en mi caso, por los abandonos emocionales. Y es que cuando
te la pasas de gira es muy complicado tener algún tipo de relación
estable. Entonces lo que quise hacer con estas canciones, con
este disco, es ser bastante honesto con lo que estaba sintiendo, con lo
que estaba pasando. Espero que este disco refleje todo esto.
Pablo Díaz-Reixa, mejor conocido como el 'Guincho', un músico
electrónico singular que ha mezclado en su sonido un montón de ritmos
latinos, brasileños, africanos y orientales, y una propuesta audiovisual
rica en pretensiones artísticas, notoria en videos como 'Bombay'.
Su trabajo ha sido reseñado positivamente por la revista especializada
Pitchfork y el Washington Post , entre otros medios, y Radio Nacional
de España le dio el premio Ojo Crítico.
"Tomé elementos, primero, de lo que escuché en la casa y
con los amigos; posteriormente, salía mucho a los clubes en Barcelona",
explica el 'Guincho', quien adoptó como nombre artístico el de un ave
muy popular en su tierra natal.
Esa búsqueda de sonidos lo condujo por una vía más profunda: "Todo
partió de una investigación que quería presentar a la Universidad de
Nueva York, sobre la música en las islas del mundo".
De allí que su sonido esté empapado del calipso e incluso el son
cubano, todo metido entre sintetizadores y mezclas. Acerca del video de
'Bombay', el músico cuenta que surgió de una charla entre cervezas con
el realizador Nico Méndez: "Siempre hablábamos de las cosas que nos
gustan: de 'Cosmos', de Carl Sagan, y las chicas".
El 'Guincho' fue integrante de la agrupación Coconut y hasta grabó con
Björk. Su música encuentra cercanía con artistas como Caribou o
Aeroplane, que ya visitaron Colombia.