Por: Redacción eltiempo.com
"En el futuro encontrarán la tecnología para imitar las voces de los muertos famosos, como Michael Jackson o Elvis Presley". Esa es una de las predicciones que lanza sobre lo que habrá de venir próximamente para el mundo Jean-Benoît Dunckel, en su inglés chapuceado en francés y pasado por alguna sustancia psicotrópica que lo hace reír cada tres palabras. Y tratándose del futuro habrá que creerle.
Después de todo, junto a Air, el proyecto que lidera al lado de Nicolas Godin hace una década y media, logró definir el futuro para la música electrónica por unos buenos años. En 1998 'Moon Safari' llegó al mundo como una bocanada de aire puro, fue la brisa fresca que retomó el sonido lounge y el disco vintage de dos décadas atrás para el nuevo mainstream.
En el momento en que los éxitos de músicos contemporáneos como Daft Punk o Cassiuss reventaban los altavoces de los clubes, estos dos nativos de Versalles proponían pequeños paisajes intimistas; algo que consiguió la atención de Sofia Coppola, para quien compusieron toda la música incidental de su debut cinematográfico como directora en 'Las vírgenes suicidas' y luego la acompañarían en 'Lost in Translation' y 'María Antonieta'.
Ahora, pasados ya unos buenos discos y varias colaboraciones más, el dúo le da la vuelta al mundo para presentar su nuevo trabajo, 'Love 2'. DONJUAN habló con Dunckel, un tipo relajado, que no suena para nada a héroe de vanguardia o a cautivo por las preguntas sobre el futuro. Sólo a alguien muy emocionado de visitar por primera vez Bogotá este 19 de octubre.
DJ: ¿Después de todos estos años, qué hace a Air seguir trabajando como un dúo y no una banda o un proyecto solista?
J. B. D.: Teníamos un vínculo muy fuerte desde antes, nos conocíamos muy bien y sabíamos que trabajar en conjunto funcionaba bien. Por eso teníamos claro que formar una banda no era lo más conveniente. Ambos le apuntábamos a un proyecto de formato libre, que nos permitiera toda la experimentación posible, en el que no importara si había bajos o voces o baterías o si no los había por ningún lado.
DJ: Estudió matemáticas, ¿hay alguna forma en que la lleve a la música?
J. B. D.: Es claro que hay lógicas y principios matemáticos rondando el sonido, pero no soy consciente nunca de estos procesos. La verdad, no sé si haya que ser muy inteligente para escribir buena música.
DJ: Air es una palabra que logra describir muchas cosas, ¿les ha traído problemas ese nombre?
J. B. D.: Tienes desde Air Nike hasta... lo que quieras. Lo que nos gusta de esta palabra precisamente es que le pertenece a todo el mundo. Es gracioso que, como somos franceses, a veces pronunciamos el nombre parecido a Hair (pelo). En algunos lugares la gente se confunde y cree que el musical de la película llegó a su ciudad [risas].
DJ: Aparecieron en un momento en el que la música electrónica era un mundo gobernado por los DJ. ¿Qué responsabilidad creen tener en esa revolución francesa de finales de los años noventa en la que los horizontes se abrieron a los sonidos más íntimos y la experimentación?
J. B. D.: Siempre fuimos el extremo opuesto de la movida de DJ, nos interesaba hacer música para que te relajara después de haber estado bailando toda la noche y no la música para poner en la fiesta; ese fue el éxito, ir en contra de la corriente. De todos modos siempre hubo algo de camaradería, los DJ nos conocían porque por momentos necesitaban algo lounge y novedoso, trendy pero que mantuviera en interés de la gente. Y eso era Air.
DJ: Air busca la experiencia electrónica desde lo acústico y lo análogo. ¿Se sienten cómodos con una etiqueta tan genérica como "música electrónica"?
J. B. D.: Somos análogos y no digitales, totalmente. Me gusta pensar en la música electrónica como electrones viajando y transformándose por los cables, lo demás es una convención cultural.
DJ: Se refieren a Enio Morricone como una influencia principal y es fácil encontrar en sus canciones cualidades cinematográficas. ¿Sienten por momentos que componen bandas sonoras para películas que no siempre existen?
J. B. D.: Sí, totalmente. Tratamos de hacer la banda sonora de nuestras vidas todas las veces, eso es en lo que resultan los álbumes. Hay historias íntimas así como los sonidos para evocarlas, así que hay partes que son de guión y otras de ambientación. En últimas, siempre hay algo que se está contando, así parezca muy loco.
DJ: Tocaron en el álbum de Charlotte Gainsbourg y Jarvis Cocker apareció en Pocket Symphony, pero en Love 2 vuelven a ser solo ustedes dos. ¿Qué se pierde y qué se gana al colaborar con otras presencias creativas tan fuertes?
J. B. D.: Siempre es interesante colaborar, hemos aprendido un montón de esas experiencias con Jarvis Cocker o Neil Hannon, por ejemplo. Pero también creo que es bueno y sano hacerlo solo una vez y luego seguir adelante con cosas diferentes. De todos modos resulta genial componer para otros, creo que con Charlotte logramos algo bastante especial.
DJ: Moon Safari es un disco que doce años después de su lanzamiento está catalogado como clásico, ¿Qué relación guardan con él?
J. B. D.: Es algo mágico, creo que todavía no lo entiendo del todo, todo pareció coincidir y resultamos haciendo el disco que todas las personas querían oír en ese momento. Pero así como creo que definió muchas cosas para nosotros y la escena musical, no creo que sea lo mejor que hayamos hecho. Al menos yo me quedaría con la banda sonora de Las vírgenes suicidas, llegamos a hacer algo diferente y capturar un retrato emocional de bastante profundidad.
DJ: Este mes debutan en Bogotá. ¿Hay algo en especial que les guste de las primeras veces?
J. B. D.: La primera vez siempre es totalmente fresca, como cuando haces el amor. Y la gente siempre nos cuenta que le encanta hacerlo con nuestra música de fondo [risas]. Cuando tocamos suelen pasar cosas muy locas con las mujeres, si esta vez las cosas salen bien, será una gran primera vez.
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