sábado, 30 de abril de 2011

La nueva pareja real celebra con música electrónica; inusual en este tipo de rituales monárquicos.



Los recién casados duques de Cambridge, William y Catherine,  regresaron al palacio de Buckingham para celebrar y ser los protagonistas de la fiesta nocturna que el príncipe Carlos de Inglaterra ofrece a unos 300 invitados, luego de la boda real que se llevó a cabo en la abadía de Westminster.

Catherine dejó de lado el vestido de novia para la ocasión y se puso otro diseño de Sarah Burton, quien trabaja para la firma de Alexander McQueen. El vestido de noche es blanco satén con una falda circula adornada con brillantes bordados en torno a la cintura.

Por su lado, el príncipe William usa un esmoquin –al igual que el resto de los invitados- para participar de una velada que tendrá música y baile para los familiares y amigos más cercanos, y que no se descarta que se prolongue hasta bien entrada la madrugada del sábado.

Y es que la reina Isabel cedió su residencia para celebrar la fiesta y se marchó con su marido, el duque de Edimburgo, a pasar el fin de semana fuera de Londres.

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