Autor: Mario Abner Colina / Reforma
Ciudad de México (MÉXICO). Sin decir una sola palabra, The Chemical Brothers cerró anoche el Vive Latino con una fiesta de luz y sonido en el Foro Sol, que gozaron 70 mil espectadores, de acuerdo con voceros de Ocesa.
El dúo británico de música electrónica formado por Tom Rowlands y Ed Simons pisó el escenario principal a las 22:25 horas, se colocó tras sus tornamesas y sus beats comenzaron a sacudir a público de pie y en las gradas.
Un espectacular cilindro de leds con espirales de luz que ascendían y descendían -según los beats- provocó la locura entre los asistentes, que según los organizadores, agotaron las localidades de ayer para sumar en los tres días de festival 182 mil personas.
Los presentes se contagiaron por el ritmo electrónico del dueto formado en 1992 y se entregaron a un frenesí de baile con "Galvanize", el primer hit de la noche.
The Chemical Brothers, que junto con The Prodigy y Fatboy Slim renovaron la escena de la música electrónica, se hicieron acompañar de un impactante equipo de luces estroboscópicas intermitentes y rayos láser con colores alucinantes.
Una pantalla gigante al fondo del escenario, proyectando imágenes antropomórficas y formas geométricas también se conjugó con la música de los británicos, convirtiendo el Foro Sol en un antro colosal.
Miles y miles de luces de pantallas de teléfonos celulares comenzaron a apuntar a Rowlands y Simons, que continúan girando por el planeta con su álbum Further y acaban de lanzar el soundtrack de la película Hanna.
La mayoría de la audiencia prefirió rendirse al baile. Hubo quienes dieron saltos rítmicos que, por momentos, hicieron temblar la pista del Foro Sol.
Atentos a sus tornamesas, sin inmutarse, y con una lluvia de pequeñas luces bañándolos, los músicos se dedicaron a tocar su set y, en contadas ocasiones alzaron la vista o los brazos.
El cilindro de leds desaparecía y explotaba un cañón de rayos láser, avivando la pista de baile en la que se había convertido todo.
En las gradas, la locura era la misma, sólo que, con menos espacio, entre apretujones, hombres y mujeres hicieron cimbrar el piso al ritmo de "Do It Again" y "Horse Power". El frenesí explotó con "Hey Boy, Hey Girl", uno de los hits más esperados.
Del set que tenían preparado, hasta el cierre de esta edición, The Chemical Brothers había interpretado sólo cuatro temas de un show que, se anunció, duraría 70 minutos.
El dúo británico de música electrónica formado por Tom Rowlands y Ed Simons pisó el escenario principal a las 22:25 horas, se colocó tras sus tornamesas y sus beats comenzaron a sacudir a público de pie y en las gradas.
Un espectacular cilindro de leds con espirales de luz que ascendían y descendían -según los beats- provocó la locura entre los asistentes, que según los organizadores, agotaron las localidades de ayer para sumar en los tres días de festival 182 mil personas.
Los presentes se contagiaron por el ritmo electrónico del dueto formado en 1992 y se entregaron a un frenesí de baile con "Galvanize", el primer hit de la noche.
The Chemical Brothers, que junto con The Prodigy y Fatboy Slim renovaron la escena de la música electrónica, se hicieron acompañar de un impactante equipo de luces estroboscópicas intermitentes y rayos láser con colores alucinantes.
Una pantalla gigante al fondo del escenario, proyectando imágenes antropomórficas y formas geométricas también se conjugó con la música de los británicos, convirtiendo el Foro Sol en un antro colosal.
Miles y miles de luces de pantallas de teléfonos celulares comenzaron a apuntar a Rowlands y Simons, que continúan girando por el planeta con su álbum Further y acaban de lanzar el soundtrack de la película Hanna.
La mayoría de la audiencia prefirió rendirse al baile. Hubo quienes dieron saltos rítmicos que, por momentos, hicieron temblar la pista del Foro Sol.
Atentos a sus tornamesas, sin inmutarse, y con una lluvia de pequeñas luces bañándolos, los músicos se dedicaron a tocar su set y, en contadas ocasiones alzaron la vista o los brazos.
El cilindro de leds desaparecía y explotaba un cañón de rayos láser, avivando la pista de baile en la que se había convertido todo.
En las gradas, la locura era la misma, sólo que, con menos espacio, entre apretujones, hombres y mujeres hicieron cimbrar el piso al ritmo de "Do It Again" y "Horse Power". El frenesí explotó con "Hey Boy, Hey Girl", uno de los hits más esperados.
Del set que tenían preparado, hasta el cierre de esta edición, The Chemical Brothers había interpretado sólo cuatro temas de un show que, se anunció, duraría 70 minutos.
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