Julio Alejandro Quijano | eluniversal.com.mx
Es algo que los griegos ya sabían, dice el compositor Philip von Reutter. “No lo estoy inventado yo: la música tiene la capacidad de armonizar al planeta y a todo cuanto existe en él”.
Con esta premisa, Von Reutter estrena mañana su ópera electroacústica Sonidos del futuro, una contribución musical para, en la medida de lo posible, evitar el apocalipsis, dice el músico, pues lleva un mensaje de conservación ecológica: “Debemos detener nuestro ritmo de civilización, de lo contrario, el planeta no podrá soportar mucho más de unos cuantos años”, comenta.
Este espectáculo tuvo una primera puesta en 1992 con una temporada de 600 funciones. Y el reestreno de mañana no es una casualidad: coincide con la celebración de la Cumbre de Cambio Climático 2010 (COP 16) en Cancún y donde los gobiernos intentan un acuerdo ecológico para salvar al mundo.
Tampoco es una casualidad que Von Reutter sea escéptico respecto a la cumbre: “Yo no estoy en contra de que los gobiernos se reúnan en busca de acuerdos para salvar al planeta. Pero si usted o cualquier otra persona intentan acercarse a los hoteles donde se realiza esta cumbre, simplemente no lo dejan pasar, está prohibido. Ahí falta transparencia. Si están haciendo algo bueno, entonces ¿por qué se ocultan, por qué no permiten que todas las personas se acerquen a ver lo que hacen?”
Sonidos del futuro plantea una utopía: que no sean los gobiernos, sino las comunidades quienes se encarguen de detener el ecocidio en la Tierra.
En 1992, ese mensaje no fue tomado ni siquiera como utopía sino como mera ingenuidad. Von Reutten recuerda: “Fue una temporada muy exitosa de público pero al momento de discutirla, siempre se nos criticaba porque decían: ‘Cómo es posible que no quieras más fábricas, más casas, más carreteras’.
“Era definitivamente otro momento histórico porque la sociedad todavía no entendía la gravedad del problema. Los científicos nos han dado la razón: si seguimos construyendo a este ritmo, no tendremos planeta en 50 años”.
La obra estuvo pues, adelantada a su tiempo. Y ahora tiene otra misión: convertirse en conciencia colectiva y hacer retumbar la tierra con armonía. Aunque suena idealista, el músico dice: “La música es la más alta de las nueve inteligencias y su poder está demostrado”.
Von Reutten habla también del problema ecológico a partir de su experiencia. “Yo conozco la carrretera México-Cuernavaca desde el día de su inauguración. En ese tiempo, era un camino lleno de árboles, todo era verde y boscoso. Poco a poco eso ha cambiado. Ahora veo en medio de los cerros, un anuncio de futbol o un toro gigante que publicita no sé qué cosa”.
Esa misma situación ve cuando viaja hacia el norte de la ciudad de México. “Esa zona no la conocía hasta hace unos meses en que tuve que ir hacia allá por carretera ¡Dios mío! Qué cosa tan horrible: todo es color de concreto”.
El compositor se refiere a la mancha urbana que desde hace tres décadas se brincó los cerros que delimitaban el valle del Anáhuac para construir casas en Ecatapec, Cuautitlán, Tecamac y que incluso ahora apuntan a Teotihuacán.
Sonidos del futuro se estrena mañana en el Centro Cultural de la Diversidad ubicado en la colonia Roma a las ocho de la noche.
La puesta en escena ambién tendrá presentaciones el 9 de diciembre en la Casa de la Cultura Benemérito de las Américas ubicada en Coyoacán. La entrada es libre.
El libreto, la música original y los arreglos son de Philip von Reutter -en los arreglos colaboraron también los reconocidos músicos Mili y Miguel Bermejo (ya fallecido), Hugo Huesca, Margarita Bauche y Jimmie Nichol-.
La nueva mezcla y masterización de la música han sido realizadas con la colaboración de Eduardo Domínguez (Dig-It), quien es uno de los más importantes creadores de música electrónica y síntesis en México.
La idea –según expone Philip von Reutter- es que el sonido del futuro no sea el del apocalipsis sino el de un planeta, en el que los seres humanos aprendan a respetar y convivir con la naturaleza prescindiendo de su ambición y voracidad.
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