Laura Caso | Madrid | elmundo.es
En las afueras de La Latina, nació un cuatro de enero de 1999 un local que quería llamarse La Sombra, pero que "fruto de una reunión de disléxicos", como apunta su encargado, Míster Dany, terminó por llamarse Elanuet: "Su nombre iba a ser 'La sombra', porque en principio íbamos a poner música oscura. Empezamos a intentar pronunciarlo en valenciano (l’ombra) y al final nos salió esto".
Y "esto" es un local veterano y fiel a sus principios, "calidad y calidez en el trato, y en la música". Con un programa que se basa en el remember y la música electrónica de los años ochenta, para más seña: "technopop, synthpop, algo de rock gótico y new beat, sin olvidar grupos como Sister of Mercy o The Cult", recita de carrerilla Keny, jefe de programación de la sala.
Una propuesta que hoy día es de lo más 'cool' pero que ellos han mantenido desde el principio: "Nosotros decidimos especializarnos en la música que nos molaba. Como no podíamos competir con otros sitios con el sonido, lo hacíamos con la música", argumenta Dany. Por la cabina de Elanuet han pasado desde Cristian Varela ("viene bastante por aquí y de vez en cuando se mete a pinchar") o Rosy (la pinchadiscos de otro garito 'underground' con solera, el Specka), hasta los 'discjockeys' residentes de los míticos y ya desaparecidos Attica (DJ David Legazpi) y Pasapoga (DJ Ángel).
Los domingos, el día difícil
Los domingos este rebelde del barrio del domingueo (bohemio) por excelencia echa el cierre: "Hemos intentado abrir tres o cuatro veces con otro tipo de música y no ha funcionado". Será porque el público del Elanuet es fiel y exige lealtad: "quiere su ración semanal de buena música, no es un local de paso", cuenta Keny.
Y el que mejor conoce la receta para mantener contento al respetable es Mario (alias Mareto), el pinchadiscos habitual encargado de poner en movimiento a la parroquia, que bien podría quedarse embobada mirando a las paredes: "Si alguna vez cerramos, me voy a llevar un trozo de mural, porque muchos valen una fortuna", bromea Dany. La decoración mezcla imágenes sacras (un Cristo entre botellas de ron y whiskey, una Virgen junto a un Bob Esponja alucinado), espejos y sofás que parecen rescatados de una mansión decadente, con golpes de inspiración graffitera de pintores y tatuadores: "Toño Camuñas, Javi Sin Sentido, Pablo As, Keko Buenavista...".
Un rincón dedicado a la bailarina de burlesque Vinila Von Birsmark convive con un retrato del dueño de la casa (con rostro de diablo que obliga a "consumir" a sus súbditos, no les falta humor negro), un ojo que todo lo ve o una muñeca cañí. Una decoración tan ecléctica como lo será el espacio que la alberga, puesto que a partir del domingo 19 de enero, Elanuet se reinventa, cual diva ochentera, y se convierte en mercadillo: "Lo llamaremos 'Thesmarkate', habrá dos exposiciones de fotografía, cuadros, ilustraciones, ropa y complementos...". Un mini rastrillo abierto al comercio "low cost" y también al trueque.
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