lunes, 6 de febrero de 2012

Tijuana: ciudad de fiesta, violencia y balas


Por: José David Cano / El Financiero.com.mx

Cuando en 2001 apareció en las tiendas de todo el país The Tijuana sessions Vol. 1 -bajo la firma de Nortec: un colectivo de turbulentos músicos- algo se cimbró no sólo en el ámbito de la música electrónica sino también en el de toda la música en México. Aquel disco -sensacional y excitante- venía a demostrar que se podía hacer música electrónica de raíz, que mezclaba los sonidos norteños con los beats. Cierto: Nopal Beat -el colectivo jalisciense- andaba explorando algo similar, pero no había llegado tan lejos.

Después de ese disco vibrante, Nortec editó un par de trabajos más; menos intensos, sí, incluso algo repetitivos. Tras un cisma (a mediados de la pasada década), varios de sus integrantes decidieron seguir como colectivo, aunque cada uno de ellos con sus respectivos proyectos...

Así, a los trabajos anteriores: Plankton Man vs Terrestre (2002), Terrestre vs Plankton Man (2003) y Terrestre: Secondary inspection (2004), se sumaron Bostich+Fussible y su Tijuana sound machine (2008), Bostich+Fussible y su Bulevar 2000 (2010), Clorofila y los Corridos urbanos (2011); ahora, un nuevo material se suma: el Hiperboreal con su Border revolver (2011).

Con éste, su primer trabajo discográfico, Pedro Gabriel (el hombre que está detrás del proyecto Hiperboreal) no sólo da un paso en su evolución musical sino de igual forma trata de desmarcarse -sólo en cierto sentido- del sonido Nortec. (Creo que no lo he dicho: hoy por hoy lo que el colectivo produce ya lleva una marca, una distinción: el sonido que produce.) Y es que -según contaba el propio Pedro- Hiperboreal, como tal, lo empezó alrededor de un año y medio antes de que se formara Nortec (en 1999).

"Cuando comenzamos el colectivo yo ya llevaba varios años dentro de la música electrónica -recordaba Pedro-. La verdad empecé como un melómano, como un aficionado a la música, como un obsesivo en la colección de discos, yendo a conciertos desde chico... Yo era al que escogían para poner la música cuando había algún día festivo. Te hablo cuando tenía 11 o 12 años", puntualizó Pedro, y soltó una risita contagiosa.

Sin embargo fue hasta en la universidad cuando dio forma al proyecto. (Y he aquí un secreto: etimológicamente hiperboreal significa "Más allá del norte": híper, que es "más allá", y boreal, que es "norte", me reveló Pedro.) El nombre surgió en un taller de poesía: "Yo estaba en la Facultad de Literatura y Lenguas Hispanoamericanas, en la UABC, cuando empecé a grabar algunas cosas. Fue en el taller de poesía cuando se me ocurrió el nombre. Hablábamos ahí de las mitologías griegas, sobre todo recuerdo el mito de los hiperbóreos: eran seres imaginarios que vivían al norte de Atenas; supuestamente estaban más allá del bien y del mal."

Así que cuando surgió el proyecto Nortec yo decidí continuar con el mismo nombre, prosiguió Pedro, aunque di un vuelco total de género: seguía siendo electrónico, pero empezábamos todos en el colectivo a experimentar con las tarolas, los clarinetes, las tubas. Y es así -con ese camino trazado- como ha llegado Pedro -o sea, Hiperboreal- a su primer álbum personal (intitulado Border revolver). Si buscaba algo particular con esta producción era separar un poco su estilo de los sonidos de Nortec. Al menos eso dejó entrever en la charla:

-Lo primero que me impongo cuando tengo que sentarme a componer y sacar nuevas ideas para canciones es una cosa: huyamos de lo que ya ha funcionado antes. Huyamos, en la capacidad de lo posible, de aquellos métodos que hemos utilizado para componer... También he tratado de que estos nuevos temas no suenen muy parecidos, o no parezcan, la continuidad de las canciones que ya hemos editado antes. En esa línea (entre conservar un cierto sonido, un cierto cordón umbilical: entre toda tu carrera musical, en este caso con el colectivo Nortec y con lo que he hecho por separado) es como he construido el álbum... Entonces, sí, existe ese cordón umbilical, pero realmente he intentado que no parezca la continuación de eso que se ha hecho ni que parezca autoplagio de lo que ya hiciste...

-... Es cierto, el sonido del disco tiene las raíces del sonido Nortec. ¿Es como han querido salir las canciones?

-Sí, en cierto sentido. Me parece que todo se va dando mientras compones, y mientras vas probando ideas y te vas dando cuenta qué te empieza a gustar, o cuál es el lado por el que te interesa seguir... Mira, aunque la estructura de las canciones tiene mucho de música electrónica, en cuanto a cuestión sonora, al final de cuentas es un álbum electrónico en la concepción de la disposición de los elementos, pero no es un disco electrónico en cuanto al resultado final del sonido. Es un disco muy orgánico. Es un álbum que, en algunos temas, tienes tres trombones, tres trompetas, tres clarinetes, a veces cuatro bajo sextos, un par de acordeones, tres charchetas y voces... Hay 19 instrumentos, en algunas partes tocando simultáneamente. Pero además, si te has dado cuenta, en mis anteriores participaciones con Nortec mis temas siempre estaban cargadas de trombones y trompetas, eran las que tenían más esa influencia...

En el disco se escuchan, sí, sonoridades afro, toques norteños, coqueteos con lo mexican gypsy -por decirlo de alguna forma-, incluso un par de canciones tienen aires de funk. Pedro se ríe: "Para mí el disco suena a la evolución natural que he tenido a partir de Nortec", dijo convencido.

-Espero no ser impertinente; pero, ¿en qué condiciones estaba cuando creó el disco? -dije en tono de broma-. Vera -añadí-, algunos temas son bailables, es cierto, pero la mayoría no son luminosas... son más introspectivas; incluso oscuras...

-¡Ándale! -expresó riendo Hiperboreal-. Mira, si te fijas en las canciones que incluí dentro de los discos de Nortec siempre eran temas que tenían un poco más de drama que las del resto de mis compañeros... A final de cuentas a mí lo que me interesaba era tener un disco que representara lo que yo he visto en la ciudad en estos últimos años. El reflejo de estas canciones es lo que fue y ha sido esta ciudad... Tijuana es una ciudad que tiene mucha fiesta, es cierto; es una ciudad con una escena musical vibrante, desde luego; pero, también, es una ciudad que ha sido marcada por las balas, por la violencia, por la muerte, y, en mi caso, por los abandonos emocionales. Y es que cuando te la pasas de gira es muy complicado tener algún tipo de relación estable. Entonces lo que quise hacer con estas canciones, con este disco, es ser bastante honesto con lo que estaba sintiendo, con lo que estaba pasando. Espero que este disco refleje todo esto.

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