Fuente: entornointeligente.com
Cientos de sordos brasileños se reunieron en el Museo
de Arte Moderno para celebrar por primera vez en el país la fiesta para
los sentidos, Sencity.
A pesar de no escuchar la música, una plataforma
vibratoria hacía sentir desde la punta de los pies los sonidos graves y
los golpeteos de las canciones, lo que permitió que las personas
siguieran el ritmo.
La fiesta se basa en fomentar sensaciones en los
deficientes auditivos, con la emisión de aromas junto al humo blanco o
incluso a través de un colchón de hojas de pino esparcidas por todo el
piso del sector de bebidas, donde también se podía degustar comida
creada especialmente para estimular el paladar.
En otro espacio, varios
participantes se reunieron para conversar, moviendo vigorosamente sus
manos, mientras se proyectaban videos con mensajes de integración social
en las paredes del museo.
Fotografías sentidas La fundación Ojos Que
Sienten, en México, enseña a los invidentes cómo expresar en fotografías
lo que perciben a su alrededor. Para ello, los alumnos usan sus otros
sentidos, como el oído, el tacto, el olfato o el gusto para seleccionar a
sus modelos y crear imágenes con ayuda de cámaras digitales.
El calor
del sol les ayuda a colocarse para usar mejor la luz. Tocan una flor
antes de fotografiarla para sentir su forma, escuchan el silbido del
viento por las ramas a fin de ubicar un árbol. Además, piden a la gente
que les hablen con el objetivo de calcular dónde poner la cámara. Si
escuchan las voces arriba, la ponen sobre la frente, si las escuchan
abajo, la ponen en el pecho.
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