Autor: DANIEL AYLLÓN / Publico.es
Unos 600 jóvenes inauguraron ayer el experimento musical por el que se recordarán, en el futuro, las fiestas del Orgullo Gay 2011: el concierto mudo. Sólo hubo un problema. Apenas 30 de ellos tenían cascos para escucharlo cuando el Dj empezó a pinchar música electrónica a las 21.00 horas. El motivo por el que no se pudo celebrar un concierto sonoro normal es el torrente de quejas que presentaron algunos vecinos del barrio madrileño de Chueca en ediciones anteriores del festival. Estos se quejaban por el elevado nivel de decibelios.
"Creía que iban a repartir cascos, pero para tanta gente habría sido un locura", lamentaba Jorge Gómez, de 34 años. Junto a él, su amigo Mario García, de 38 años, cabeceaba: "Es un rollo porque no puedes hablar con nadie. Es muy artificial. Le quita sentido a la fiesta". Entre los que sí acudieron pertrechados de auriculares estaban los veinteañeros Isabel, Luismi y Javi. "Tienes que cambiar el chip, porque la música no se te mete en el cuerpo como cuando estás en una discoteca, pegado a un altavoz y te retumba todo el cuerpo", indicaba Javi. Este año, el consistorio decidió poner freno a la contaminación acústica con la prohibición de los conciertos de la plaza de Chueca. Tras arduas negociaciones entre el Ayuntamiento, los vecinos contrarios al ruido y los organizadores, la polémica se zanjó hace diez días.
El consistorio autorizó finalmente la celebración de conciertos en la plaza con la condición de que se utilizasen cascos, similares a las audioguías de los museos. La fórmula ya se había ensayado en festivales, como el de Benicàssim, y algunos afterhours del centro de Madrid también los utilizan dentro de sus locales.
En otro barrios
El Ayuntamiento había ofrecido, previamente, celebrar las actuaciones musicales en plazas de barrios cercanos, pero los organizadores declinaron la propuesta apelando al carácter "emblemático" de la plaza de Chueca.
Ahora, la Asociación de Vecinos de Chueca, contraria a la celebración de las fiestas en el barrio, vuelve a la carga y critica las aglomeraciones y la falta de seguridad.
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