lunes, 14 de noviembre de 2011

La fiesta se prende cuando llega la DJ Giovanna Guerrero

Fuente: El Comercio

La fiesta se prende cuando llega la DJ Giovanna Guerrero a la cabina del Bungalow. Con el cabello largo negro, una camiseta apretada y un jean se prepara para mezclar. El público está bailando, saltando al ver que una mujer se pone los audífonos grandes y empieza con una canción de Queen con una mezcla de electrónica, lo que ella llama música “tech”.

Mientras sonríe a los bailarines, un par de audífonos le ayudan a escuchar los bits de la siguiente canción y con un ajuste de volumen logra introducir el tema. El público no notó el cambio, simplemente bailan y ríen en la pista.

Guerrero piensa que las mujeres son el alma de la fiesta. Mientras ellas bailen, significa que la música está bien, dice. Con una delicadeza propia del género femenino agarra los platos de la consola para hacer un ‘scratch’ que acompaña el ritmo. Casi imperceptible pero que pone a la gente a gritar. 

Desde los 15 años realiza este trabajo en bares de distintas ciudades del país. Su padre, Giovanny Guerrero, ex DJ, le enseñó todo lo que sabe, aunque ella dice que con el tiempo y la experiencia lo ha ido perfeccionando. En la cabina de música solo hay hombres. Está rodeada por otros DJ que la observan mientras ella baila al ritmo de su propia mezcla.

Se mueve con pasos sutiles, como también lo hace DJ Natalia Azze. Lentamente levanta las manos y cerrando de vez en cuando los ojos pone música electrónica en el Acapulco Lounge en Quito. Mientras agarra con una mano los audífonos, la otra está encima de los botones de la computadora que no descuida. Ya tiene programado todo el repertorio musical.

Con vestidos de brillos, camisetas apretadas y escotes en la ropa ha recorrido varios países mezclando. Fue parte de festivales en Colombia, Rusia, Líbano y otros lugares en los que su música ha deleitado al público. Así fue en Máncora, Perú, tocó en la playa por siete horas sin parar. Dice que la gente solamente bailaba y la aplaudía. Sin decir una palabra no la dejaban ir porque “les daba lo que querían bailar y escuchar”, explica Azze.

Mientras relata la historia revisa por tercera vez las conexiones. Está rodeada por dos colegas, el ecuatoriano José Villamar y Nico Campo de Argentina, que miran cada movimiento de la artista.

Con mucha naturalidad se adueña de la cabina poniéndose bien los audífonos y empezando con una canción suave pero conocida por el público. Believe de Saeed Younan está sonando. La gente baila y corea la canción que acompaña las conversaciones y las risas del público.
A medida que cambia de canción el ritmo aumenta. Así es su trabajo, siempre comienza con una canción lenta pero popular y cambia a “las más movidas”. Como la del grupo Milk and Sugar que suena para finalizar el repertorio de Guerrero.
La gente canta cuando suena el coro “hey nah neh nah”. Guerrero también tararea la canción. Lleva mezclando 45 minutos y ya está cansada. El público no ha dejado de bailar y la música nunca paró. Ella sigue sonriendo a la gente, quienes levantando el pulgar la felicitan por su trabajo. Un grupo de hombres jóvenes le gritan “Te amo” desde abajo del escenario.

Con una risa pequeña y acomodándose de nuevo los audífonos negros les agradece con un beso volado. Pero aún no termina. Se prepara para poner la siguiente canción que mueva a su público.

Espera tocar una hora en total para dar la oportunidad a los otros DJ que se retiraron de la cabina a penas comenzó la mezcla que puso a bailar a la gente dejando en alto el nombre de la artista y abriendo campo a las mujeres en la industria de la electrónica.

Más de las DJ
La gente no tiene que   notar al DJ por el cambio de canciones. La mezcla de ritmos y sonidos debe ser imperceptible. No debe ser un cambio brusco porque eso no le gusta a la gente ni les deja bailar bien.

Guerrero estudia  ingeniería en sonido y acústica. Con el apoyo de sus padres puede hacer una carrera de esta pasión y perfeccionarla estudiando.

Azze es cineasta y   productora musical. Además de mezclar  en los bares y discotecas se dedica a crear y a experimentar con filmaciones propias.

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